Esta fábula está dedicada a un gran hombre que murió y que no conocí en este plano terrenal y si nos conocimos arriba, Jesús llamó a su seres más amados Amigos, así que para vos Amigo del Alma ya que sé que te estás disfrutando en la Luz. Madre Cósmica. Había una mariposa azul brillante de esas que viajan por las corrientes de las montañas en las selvas húmedas. La mariposa vivía el presente mientras jugaba a planear con sus alas desplegadas al viento. Le gustaba flotar sobre la brisa del río, hacer espirales con sus iguales, posarse de vez en cuando en alguna flor colorida, frotar su patas en alguna roca. Ella no recordaba cuando había sido oruga, ni el tiempo que rozaba con su vientre las ramas buscando los nuevos brotes. Tampoco recordaba en que momento se había aletargado y dormido, arropándose en la crisálida. Muy vagamente sabía de un tiempo donde solo tenía una necesidad insaciable de comer, sus acciones se enfocaban en buscar el más suculento alimento...
Este espacio está pensado para compartir los sentires de nuestro crecimiento y desarrollo personal. Está dedicado a todos aquellos que buscan, a los que ya encontraron, a los que están en el principio y en el fin... Solo sé que no se nada y que al mismo tiempo se todo y solo me dedico a vivir y a transitar mi propia huella de la mano del Dios y bajo el cobijo del Manto de la Mamá María. ¡Bendiciones y amor a tu corazón!